Imagina un mundo en el que todos los runners fuesen más rápidos… |
Emocionante, ¿No? Aunque también es un gran desafío, si tenemos en cuenta el posible problema de las lesiones. Pero ¿Son realmente inevitables? Esta pregunta es la que ha motivado a Nike a centrarse en reducirlas y, su última zapatilla, Nike React Infinity Run es el primer paso hacia ese objetivo. Cuando Nike presentó Nike Vaporfly 4% en 2017, fue muy aplaudida por los corredores. La zapatilla estaba desarrollada para batir marcas personales y superar límites, además de favorecer la economía de carrera. Ese mismo año, se lanzó Nike React, una espuma patentada que ofrecía una amortiguación revolucionaria y retorno energético. En running, la tecnología cumplía un deseo casi imposible: una sensación suave, resistente, ligera y duradera. Nike React Infinity Run engloba las mejores cualidades de esas dos tecnologías: una mezcla matizada de eficiencia biomecánica y amortiguación, para conseguir una innovadora zapatilla que ofrece una solución más democrática a la estabilidad y un avance desde los diseños tradicionales de control del movimiento. Infinity Run presenta una suave plataforma receptiva con una mediasuela aumentada; este diseño complementa y estabiliza una pisada más plana y aporta más espacio para la amortiguación de refuerzo que se percibe inmediatamente en el antepié. Con una geometría similar a la de 4%, el modelo cuenta con una parte inferior tipo balancín que facilita una transición más fluida entre el impacto y la elevación de pie.
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Esta composición afecta de forma instantánea sobre el runner. Solo con ponerte la zapatilla, sentirás estabilidad y energía, el resorte de la espuma React está pensado para acumular kilómetros. La geometría de balancín de Infinity favorece una ligera inclinación hacia delante, que desplaza el impacto del pie del runner del talón al mediopié, o incluso al antepié; esto genera una sensación natural de propulsión hacia delante. La plataforma ensanchada, y la espuma de apoyo que la acompaña, aportan una impresión reconfortante: la zapatilla orienta suavemente al pie en una perfecta linea recta, lo que reduce el tambaleo hacia los lados y el movimiento. |
• Larga distancia Como su nombre indica, este ejercicio implica hacer el mayor número de kilómetros posibles para el runner, normalmente, a menor velocidad. Su objetivo es aumentar la resistencia muscular (y la fortaleza mental). Frecuencia: por lo general, una vez a la semana |
• Rodaje suave
De media distancia y a un ritmo cómodo, este esfuerzo básico ocupa la mayor parte de los kilómetros de un runner.
Frecuencia: dos o tres veces a la semana
• Intervalos y fartleks
Consisten en alternar esprints de alta intensidad con un periodo de recuperación; estas breves ráfagas desarrollan la velocidad y la resistencia. Los intervalos suelen hacerse en una pista para marcar distancias precisas, mientras que los fartleks suelen integrarse en los rodajes suaves. Frecuencia: una o dos veces a la semana |
- Carrera continua
- Entrenamiento de recuperación
Estas sesiones de media distancia a un ritmo más rápido llevan al runner a coger una velocidad complicada, más o menos el 85 % del esfuerzo máximo, para ayudar a desarrollar la fuerza y la resistencia necesarias para correr rápido durante periodos de tiempo más largos.
Frecuencia: una o dos veces a la semana
El que se practica después de una competición muscularmente agotadora, prueba contrarreloj o entrenamiento duro; son de corta distancia, de intensidad sencilla y su objetivo es dar al cuerpo la oportunidad de recuperarse, mientras sigue acumulando kilómetros.
Frecuencia: según sea necesario